Una segunda oportunidad… siempre que lo hagas bien
La Ley de la Segunda Oportunidad ofrece a particulares y autónomos la posibilidad de cancelar sus deudas y comenzar desde cero. Pero como abogado especializado en estos procedimientos, te diré algo muy claro: no basta con querer, hay que hacerlo bien.
He visto personas que, por desinformación o por no dejarse asesorar, han bloqueado o retrasado su propio proceso.
Por eso, en este artículo quiero contarte los errores más comunes que he visto a lo largo de los años y cómo puedes evitarlos si estás pensando en iniciar este camino.
1. No declarar todas las deudas
Uno de los errores más graves: ocultar o “olvidar” alguna deuda.
La ley exige transparencia total. Si intentas excluir alguna deuda pensando que “ya veré qué pasa”, el proceso puede ser anulado por mala fe.
Como abogado, siempre insistimos: “Mejor pasarse declarando que quedarse corto.”
2. Intentar proteger bienes sin asesoramiento
Muchos piensan que pueden “salvar” un coche, una cuenta, o incluso una vivienda poniéndola a nombre de un familiar antes del proceso.
Error: los movimientos sospechosos se detectan y penalizan.
Cualquier cambio patrimonial debe justificarse. Si el juez detecta ocultación, puedes perder el derecho a la exoneración.
3. No reunir bien la documentación
El procedimiento requiere acreditar tu situación económica: ingresos, bienes, contratos, extractos bancarios, deudas.
Y uno de los errores más comunes es presentar documentación incompleta o desordenada.
En nuestro despacho ayudamos desde el minuto uno a recopilar y organizar todo para que el expediente sea sólido. Es parte clave del éxito.
4. No actuar con suficiente rapidez
Muchas personas esperan hasta estar embargadas o con demandas judiciales activas para pedir ayuda.
Cuanto antes actúes, mejor protección tendrás.
Además, los procesos pueden durar meses, y cada día cuenta.
5. No acudir a profesionales especializados
El mayor error de todos. Hay quien intenta iniciar el procedimiento por su cuenta, o lo deja en manos de alguien sin experiencia.
Esto lleva a errores de forma, tiempos muertos, e incluso a la pérdida del derecho a cancelar la deuda.
Como abogado, ayudamos a las personas a liberarse de deudas que no pueden pagar. Les acompañamos para que superen sus miedos al futuro. Durante ese proceso, se genera un vínculo especial: muchos de nuestros clientes acaban siendo amigos.
Y eso no pasa con cualquiera. Necesitas a alguien que entienda la ley y entienda lo que estás viviendo
6. Pensar que es un proceso automático
La Ley de la Segunda Oportunidad no es una varita mágica.
No por solicitarla te van a perdonar todo sin más. Es un procedimiento judicial, con plazos, fases, y requisitos.
Debes demostrar que:
- Estás en situación real de insolvencia
- Actúas de buena fe
- Colaboras con el procedimiento
- No has generado la deuda de forma fraudulenta
7. No considerar la protección del entorno familiar
Muchas personas olvidan que sus parejas o familiares están avalando préstamos o figuran como cotitulares.
Es vital estudiar su situación también para no perjudicarles sin saberlo.
8. No tener paciencia (y caer en desesperación)
Este proceso puede durar entre 6 y 12 meses.
Hay fases lentas, silenciosas, y momentos de incertidumbre.
Pero si haces bien las cosas, el resultado merece la espera.
9. No cambiar hábitos después del proceso
Un error frecuente es volver a endeudarse rápidamente tras cancelar las deudas.
La ley da una segunda oportunidad… pero no una tercera.
Por eso, siempre ofrecemos a nuestros clientes asesoramiento para reorganizar sus finanzas personales, aprender a ahorrar y evitar repetir errores del pasado.
Conclusión: la información es tu mejor aliada
La Ley de la Segunda Oportunidad puede cambiarte la vida.
Pero para que funcione, debes evitar estos errores y poner tu caso en manos expertas.
Si estás valorando iniciar el proceso, en VivesinDeudas.online te ayudamos a hacerlo con seguridad, sin errores, y con un acompañamiento humano y legal desde el minuto uno.
Porque cancelar tus deudas es importante, pero cancelar tus miedos es aún más valioso.