El gran olvidado en muchos procesos
Cuando hablamos de cancelar deudas, casi siempre pensamos en el deudor principal. Pero hay un actor secundario que puede verse gravemente afectado: el avalista. Ese familiar, amigo o socio que firmó para respaldar tu préstamo y que, si tú no pagas, se convierte en responsable.
¿Qué pasa con los avalistas si me acojo a la ley?
La Ley de la Segunda Oportunidad protege al deudor principal, pero no siempre exonera a los avalistas automáticamente. Esto significa que, aunque consigas cancelar tu deuda, el acreedor podría reclamar la totalidad al avalista.
Tipos de aval y sus implicaciones
– Aval personal: el avalista responde con todo su patrimonio presente y futuro.
– Aval solidario: el acreedor puede ir directamente contra el avalista sin pasar por el deudor principal.
– Garantía real: como una hipoteca o prenda, el acreedor ejecuta el bien antes de reclamar al deudor.
¿Se puede proteger al avalista?
Sí, pero hay que actuar con estrategia. Algunas opciones:
– Incluir al avalista en un procedimiento de segunda oportunidad propio si también es insolvente.
– Negociar con los acreedores una quita o plan de pagos conjunto.
– Acreditar que el avalista no tiene capacidad económica real para afrontar la deuda.
Casos reales desde el despacho
Como abogado, ayudamos a las personas a liberarse de deudas que no pueden pagar. Les acompañamos para que superen sus miedos al futuro. Durante ese proceso, se genera un vínculo especial: muchos de nuestros clientes acaban siendo amigos.
Hace poco, un cliente autónomo canceló su deuda de 60.000 €. Su padre era avalista. Negociamos con el banco y conseguimos que aceptaran una quita del 80% para el avalista, permitiéndole pagar el resto en 24 meses.
¿Qué pasa con las garantías reales?
Si la deuda está respaldada por una hipoteca o una prenda:
– La ley puede cancelar la deuda restante después de ejecutar la garantía.
– No se cancela la hipoteca sin más: el bien debe liquidarse primero, salvo que la ley permita conservarlo por valor ajustado.
Recomendaciones si tienes avalistas
1. Informa al avalista de tu intención de acogerte a la ley.
2. Consulta si puede iniciar su propio procedimiento.
3. Coordina las estrategias legales para minimizar riesgos.
4. No firmes acuerdos sin asesoramiento especializado.
Conclusión: proteger tu segunda oportunidad y la de tu avalista
La Ley de la Segunda Oportunidad puede darte una nueva vida financiera, pero no olvides a quienes te respaldaron. Con un plan legal bien diseñado, es posible proteger tanto al deudor como al avalista.
En VivesinDeudas.online estudiamos cada caso para que nadie quede desprotegido.